martes, 1 de marzo de 2011

Pirámide de Keops, maravilla del mundo antiguo y asombro del moderno































Fotografías tomadas de

y Ángel Cobos,


Francisco Limonche Valverde

flimonche@coitt.es

INDICE:

1 – Introducción

2 – El neolítico

3 – Dimensiones de la gran pirámide

4 – Conclusiones

Fotografía: Angel Cobos, PIRÁMIDE DE KEOPS

1 – Introducción

De entre todas las maravillas conocidas engarzadas de la mano del hombre la más enigmática, bella, profunda y reveladora de nuestra grandeza como criaturas que aspiran a lo eterno, la Pirámide de Keops ocupa sin duda alguna uno de los primeros lugares.

Lo curioso de esta singular obra faraónica, en todos los sentidos, es que más de cuatro mil setecientos sesenta años después de haber sido oficialmente construida, no se sabe de otra obra humana que haya podido superarla. Inmensas construcciones de acero y cristal, templos donde el adjetivo agota su capacidad de asombro, obras de ingeniería, puentes, rascacielos que nos dejan con la boca abierta, palidecen frente a la magnitud armoniosa de este singular monumento.

Hasta el siglo XIX (1847) fue el edificio de piedra más alto del mundo, superado entonces por la aguja de San Nikolai en Hamburgo, Alemania (147,3 m).

¿Cómo pudieron hacerla? ¿De qué conocimiento bebieron aquellos hombres recién salidos del neolítico? ¿De qué manera entender la gran pirámide, si aún hoy se plantean decenas de hipótesis y ni siquiera las oficiales perduran?

¿Cómo justificar qué esclavos y súbditos agradecidos pudieran coordinarse en forma tan perfecta? ¿De qué cantidades de arena, piedra, sudor e ingenio estamos hablando?

No voy a exponer teorías que solivianten lo académico, pero sí reflexionar sobre lo extraordinario de sus constructores, en realidad superhombres que pretendieron expresarse más allá del tiempo. Evitaré interpretaciones de fantasía, que incluso la historia más reciente se encarga de mostrarnos condicionada por la emoción personal, al tiempo que encadenada a la fuerza de quien impone inmisericorde su autoridad. No obstante, si que daré inclusión de manera literal a algunas de las reflexiones más acordes con lo que en mí despierta la gran pirámide, extraída entre otros de algunas páginas web de interés.

La pirámide de Keops es piedra, pero también representación de un esquema asentado en la mente de los hombres desde la construcción de la misma.

Las tablas de la ley fueron escritas para el gobierno de los pueblos que se diseminaron por la Tierra. Las pirámides se levantaron justamente para recordar de manera permanente este orden.

Hay un eslabón perdido en la historia de las pirámides. Decenas de explicaciones, algunas muy sensatas, abaladas por la ciencia; otras extrañas, incluso alucinantes o de todo pelaje no hacen sino reafirmarnos en lo evidente de que, al menos la gran pirámide, incorpora algún tipo de mensaje o enseñanza, como garantía del orden social impuesto.

El temor a perder la vida, la sumisión a un dios que reclama de continuo la voluntad de sus hijos, es la auténtica marca impregnada a fuego y dolor desde aquel momennto en el corazón de los hombres.


2 – El neolítico

Las ilustraciones que siguen reflejan de manera didáctica lo más singular del desarrollo humano durante el neolítico: la extensión de la ganadería, el cultivo de la tierra y el uso entre otros de las primeras herramientas.

¿Cómo entender el salto evolutivo del neolítico a las pirámides? Es más, ¿qué condición se atribuyó a sí mismo el ser humano de la época para hacer de la esclavitud de otras criaturas, incluyendo los animales, derecho por encima de las leyes de la naturaleza y de la propia conciencia conjunta e individual?

Sumeria y Egipto tuvieron un desarrollo civilizador muy a la par una del otro. Aparentemente las primeras civilizaciones humanas surgen del anhelo del hombre de guarecerse de un mundo en el que no acaba de sentirse cómodo, contrariamente al resto de los animales. No obstante y pese a ello uno no tiene más remedio que preguntarse ¿qué lleva a los hombres recién salidos de las cavernas a levantar monumentos al cielo, dejando por miles la vida en el intento?

Tal como la explosión del cámbrico expresa en los registros fósiles, en Sumeria se produce prácticamente a la par que en Egipto una explosión del saber humano: leyes, matemáticas, derecho, astronomía, medicina, arte…

¿Qué fue pues lo que hizo que los hombres adorarán a faraones? ¿Porqué en Egipto precisamente la mayor de las pirámides y porqué justo en el lugar en el que se encuentra?

Egipto tiene el único de los grandes ríos del mundo que fluye de sur a norte; desierto, oasis, vida y muerte; esclavitud y libertad; Sinaí y Mar Rojo; Moisés y Jesús manifestándose en dualidad acusada.

¿A dónde nos lleva el hecho de que estas señales sean como las indicaciones que nos llevan al camino del que no nos está permitido salir? ¿Tiene sentido la aspiración del hombre por la libertad y el anhelo de un mundo más equitativo, sin miedo al poderoso que se arroga el lugar de privilegio en la cúspide?

Siete años de vacas gordas; siete de flacas. Revolución, paz; Set y Osiris; Amor y Temor: hemisferios derecho e izquierdo enfrentados en nuestro cerebro como parte del reflejo de lo de afuera. Hombre dominado desde dentro, apegado al interior de la caverna, temeroso de bañarse en la luz que le llega de los cielos.

Todo esto y mucho más enmarcado en el sublime escenario en el que se asienta la gran pirámide de Guiza, foco de atracción universal de nuevo en este año de 2011, símbolo sin duda del despertar del pueblo árabe y de la humanidad en su conjunto.

http://es.wikipedia.org/wiki/Archivo:Neolitico-ganaderia.gif

3 – Dimensiones de la Pirámide de Keops

El egiptólogo británico Sir William Matthew Flinders Petrie probablemente sea quien haya realizado hasta ahora el estudio más detallado realizado del monumento, siendo sus dimensiones las siguientes:

  • Altura original = 146,61 m
  • Altura actual = 136,86 m
  • Pendiente: 51º 50' 35"

La longitud de los lados de la base, según Flinders Petrie (Pirámides y Templos de Guiza) es:

  • Lado N: 230,364 m (9069,4 pulgadas)
  • Lado E: 230,319 m (9067,7 pulgadas)
  • Lado S: 230,365 m (9069,5 pulgadas)
  • Lado O: 230,342 m (9068,6 pulgadas)
    • Media: 230,347 m (9068,8 pulgadas)

Qué maravilla de dimensiones tan perfectas y que simetría en todas sus direcciones.

La altura se asemeja en la proporción a la distancia que hay entre Tierra y Sol. No es exacta dado que entre 146,61 y 149.675.000 Km hay una diferencia de 3,06. La pendiente parece reflejar la perfección del 52, número sagrado para griegos y mayas. Cincuenta y dos es también el número de semanas de un año. Las hiladas se aproximan mucho al número de huesos que sustentan el cuerpo humano, de 206 a 218.

La altura original de la Gran Pirámide era de 146,61 metros; sin embargo, la distancia de la Tierra al Sol no es una cifra exacta, pues varía de 147,5 millones de kilómetros en el perihelio, a 152,6 millones de kilómetros en el afelio. La cifra media es 150 millones de kilómetros.

El 150 es asimismo el número de Dumber que refleja el número de individuos que pueden coexistir en armonía en un entorno socializado.

La superficie de la Tierra es de 510.101.000 Km2; la de Keops es de 52.000 m2.

El peso de la Tierra es de 5.977 trillones de toneladas. La gran pirámide está constituida por 2.300.000 bloques de piedra con un peso promedio de 2,5 toneladas cada una y un peso total aproximado de 5.750.000 toneladas.

Originalmente estaba recubierta por unos 27.000 bloques de piedra caliza blanca, pulidos, de varias toneladas cada uno. Mantuvo este aspecto hasta principios del siglo XIV, cuando un terremoto desprendió parte del revestimiento calizo. Posteriormente, los turcos otomanos utilizaron dicho revestimiento para la construcción de diversas edificaciones en El Cairo, como la Mezquita Hassan II.

Los lados de la pirámide se orientan hacia los cuatro puntos cardinales, de modo que el reflejo de la sombra señala el comienzo del año solar, los equinoccios y los solsticios. Hay que imaginar el brillo que desprendería durante el día siendo faro en la noche desde el pulimento perfecto de la superficie reflectante.

Andreas Faber-Kaiser, autor de “los grandes enigmas del cielo y la tierra” y premio nacional de astronáutica Julio Mariscal en 1972, dice respecto de la maravilla técnica de la gran pirámide:

“Normas din 875 en el antiguo Egipto” (edición 2011, Obelisco, a. Vignati)

…el revestimiento calcáreo estaba constituido por 25.000 mármoles de ajuste tallados con arreglo a las modernas normas DIN 875.

Sin entrar en mayores detalles podemos hacer comparaciones. Por ejemplo, cada uno de los 25.000 bloques de revestimiento de 16 toneladas cada uno, es equivalente en cuanto a trabajo óptico de precisión al pulido del espejo del telescopio del Monte Palomar, de los EE.UU.

La casa Zeiss, por ejemplo, normaliza sus pequeños prismas de 50 gramos para un error de un minuto en los diedros rectos. Los bloques de la gran pirámide sin embargo están normalizados para cinco segundos.

Los mejores taladros son construidos de acero y puntas de diamante. El taladro moderno aguanta un peso equivalente a unos 50 Kg. Poniendo por ejemplo sobre un taladro moderno un peso de 80 kilogramos las puntas se rompen. Los egipcios utilizaban taladros que soportaban los ¡dos mil kilogramos¡

El meridiano que marca la pirámide atraviesa un máximo de continentes y un mínimo de mares.

El meridiano que marca la pirámide divide en dos partes iguales las tierras habitadas de la Tierra, al este y al oeste.

El codo sagrado (codo piramidal = 0,635660m) aplicado en la construcción de la pirámide es exactamente la diezmillonésima parte del radio polar terrestre.

El resultado de multiplicar la longitud en pulgadas piramidales (5,4264mm; obsérvese que 1000 pulgadas piramidales equivalen a 999 pulgadas inglesas) de la antecámara real de la pirámide por 3,1416 indica la duración exacta del año en número de días (365,242)

Cada lado de la base de la pirámide indica, en codos sagrados, la duración del año bisiesto.

El resultado de multiplicar el volumen de la pirámide por la densidad media de las piedras (2,06) da la densidad de la Tierra (5,52)

Cien mil millones de pulgadas piramidales indican el recorrido de la Tierra sobre su órbita en 24 horas, lo que, multiplicando por los días del año nos da la longitud que describe la Tierra alrededor del Sol.

Levantando un cuadrado sobre la altura de la pirámide se obtiene una superficie igual a la de cada una de las cuatro caras de la misma, y un conjunto que contendría los elementos geométricos que intervienen en la mecánica celeste.

La distancia que media entre la pirámide y el polo norte de la Tierra es la misma que media entre esta y el centro de la Tierra.

Y es de construcción tan perfecta que moles inmensas unidas entre sí por acople directo, sin argamasa, cemento o cualquier otro material, no permiten resquicio alguno y resulta imposible siquiera pasar una hoja de cuchilla de afeitar entre ellas.

Napoleón Bonaparte, cuya admiración por Egipto y las pirámides era bien conocida mandó hacer el cálculo de cuanto supondría rodear Francia por un muro construido de piedras de las pirámides; resultado: 3 m de alto por 30 cm de ancho.

Por cierto esto implicaría el movimiento de al menos 100.000 camiones que transportasen una media de 23 toneladas cada uno, una distancia de unos 1000 km.

La pirámide es de igual manera prisma que descompone la luz, al tiempo que principio de autoridad. En la cúspide se sitúa el piramidón, que une cielo y tierra, y es lugar donde se asienta RA, dios solar. Las hiladas posteriores desde arriba a la base descienden en escalón, soportado cada uno en el precedente, como reflejo de los gobernantes a los capataces y de estos a la muchedumbre.

Se dice que el piramidón que coronaba la gran pirámide de Keops era de oro puro, material conductor de electricidad y enlazador de mundos. Probablemente la altura de la pirámide si llegase con esto a los 150 m.

El piramidón mantiene continuidad en los obeliscos de las grandes ciudades.


Un meridiano natural perfecto

Cuando los sabios de la expedición de Bonaparte decidieron efectuar la triangulación de Egipto, la pirámide de Keops les sirvió de punto de partida de un meridiano central que tomaron como origen de todas las latitudes de la región, y cuál no sería su sorpresa cuando comprobaron que las diagonales prolongadas del monumento encerraban el delta formado por el Nilo en su desembocadura, y que el meridiano, es decir, la línea Norte-Sur, que pasaba por el vértice o cúspide, dividía el delta en dos partes exactamente iguales.


Pero aún hay algo más. Si dividimos la Tierra en arcos de un grado, advertiremos que la pirámide de Keops se halla enclavada en una línea que separa en dos secciones absolutamente idénticas las tierras que pueden ser habitadas por el hombre, lo que hace de esa construcción el meridiano natural e ideal de la población terrestre y que responde a todas las necesidades. En efecto, el meridiano de la Gran Pirámide es el que atraviesa un máximo de continentes y un mínimo de mares, y además, es exclusivamente oceánico a partir del estrecho de Behring, con la circunstancia ya aludida de que si se calcula la extensión de las tierras habitadas del globo, emergidas al Este y al Oeste, las divide en dos partes de superficie rigurosamente igual. ¿No es extraordinario?



El monograma del cristianismo

Otro detalle extraordinario, que sorprendió a los arqueólogos, es que la Gran Pirámide de Egipto se encuentra a igual distancia del Polo Norte que del centro de la Tierra. Y lo asombroso es que las líneas que marcan la distancia desde el Polo y del Ecuador hasta la pirámide, forman mediante los ejes de la Tierra el antiguo signo representativo del monograma redentor de la religión cristiana.

El problema de la cuadratura del círculo

Todo el mundo ha oído hablar de la cuadratura del círculo, que aún buscan algunos matemáticos, pues el problema es insoluble. Se trata de, dado un círculo cualquiera, trazar por medio de la regla y del compás un cuadrado de superficie equivalente o, expresado en términos vulgares, "cuadrar un circulo" o "encontrar su cuadratura, Ahora bien: la solución de este problema depende de calcular la superficie del circulo, sabiendo que el valor de su circunferencia está en relación con el diámetro. Ya se ha dicho que la cuadratura del círculo es imposible; pero puede admitirse como el valor más aproximado de la razón de la circunferencia al diámetro: 3,1415926 y prácticamente 3,1416.
Pues bien, el perímetro de los lados de la Gran Pirámide tiene el mismo radio en relación a la altura como el radio de la circunferencia lo tiene a la del circulo, proporciones que ofrecen la unidad de medida que facilitan la constante Pi que resuelve el problema geométrico de la cuadratura del circulo buscada durante tantos siglos. (La letra griega "pi" equivale a la P, y ha sido adoptada para designar la razón constante de la circunferencia del diámetro, porque es la inicial de periferia, que significa en griego circunferencia). Veamos la correspondiente comprobación. Sumando los cuatro lados deja base del monumento cuyo solar fue primitivamente de 232,805 del., obtenemos para el perímetro 931,22 metros, es decir 4 X 232,805 = 931,22.


Si dividimos ahora la longitud de ese perímetro por dos veces la altura de la pirámide, que era en la época de su construcción de 148,208, encontraremos el valor de Pi: 931,22 / 2 x 148,208 = 3.1416

Revelaciones geodésicas

La Gran Pirámide proporciona también unidades de medida basadas en la Naturaleza. Sabemos que los egipcios contaban las longitudes por pulgadas y codos. Pero había dos sistemas de medida: las medidas ordinarias para el pueblo y las medidas sagradas empleadas únicamente por los sacerdotes. Ahora bien, el codo sagrado, que se le designa frecuentemente con el nombre de codo piramidal, fue el que emplearon los constructores del monumento. Pero resulta que el codo piramidal es, exactamente, la diez millonésima parte del radio polar de la Tierra, lo que da una unidad de medida de matemática precisión para todas las latitudes, cosa que no ocurre con nuestro metro moderno. En efecto: el codo sagrado estaba dividido en 25 pulgadas piramidales. Y la pulgada piramidal es sensiblemente la misma que la pulgada inglesa, toda vez que 999 de éstas hacen 1.000 de aquéllas, lo que nos da para la pulgada piramidal 25,4264 mm., y para el codo piramidal o sagrado 25,4264 X 25 = 0,635660 del. Por tanto, el codo sagrado que sirvió a los arquitectos egipcios en la construcción de la pirámide de Keops equivalía, pues, a 635.660 mm. Y la asombrosa coincidencia, multiplicando este codo por 10.000.000 aparece la cifra 6.356.600 metros, que es precisamente el valor que la ciencia actual asigna a la longitud del radio polar terrestre.
Pero todavía hay más coincidencias, y no menos sorprendentes. Si multiplicamos la longitud de la antecámara que precede a la cámara del rey, después de haber evaluado las pulgadas piramidales, por 3,1416 nos da como resultado 365,242, número de los días que fija exactamente la duración del año, que ni los griegos ni los romanos supieron calcular. Y por si eso fuera poca, hallamos también la duración del año bisiesto en cada lado de la base del monumento, expresada en codos piramidales o sagrados.
Además, la Gran Pirámide representa una medida proporcional del peso de nuestro mundo. Calculado el volumen de la pirámide y multiplicado por 2.06, densidad media de las piedras que la forman, descubrimos que las tres primeras cifras que se obtienen nos proporcionan la densidad del planeta que habitamos, que según experimentos recientes, se afirma es de 5,52. Y tomando por base (como unidad de peso) un codo público que tenga la densidad media de la Tierra, hallamos que el peso del monumento de Keops seria el peso total del globo terrestre en la razón de 1 a 10" 6 1 a 10".

Consultado de otra parte un técnico de radiofrecuencias de Telefónica dice respecto de los supuestos canales de ventilación de la gran pirámide:

“el conducto de ventilación tiene las medidas de guías de onda de 1,42 Ghz, y eso para un técnico de Telefónica de radiofrecuencia, dice mucho. De ahí se llega a la cámara del Rey que resuena, y eso para quien ha estado ajustando klistrón que hacen llegar señales a los satélites, también dice mucho. Luego uno se da cuenta de que en algún lugar de la cámara debería de generarse un pulso, y ahí es donde entra la biblia, que refiere de un aparato con el que huyeron los judíos y luego metieron en un arca.

Revelaciones astronómicas

He aquí otras extrañas y no menos sensacionales coincidencias. Si multiplicamos por un millón la altura de la Gran Pirámide, obtendremos la distancia que media entre la Tierra y el Sol. Multiplicando la pulgada piramidal por cien mil millones, se encuentra la longitud del recorrido que hace la Tierra sobre su órbita en 24 horas. Y si se multiplica, a su vez, este número por los 365 días del año, tendremos la longitud de la órbita de la Tierra en torno al Sol.
Pero todavía hay más, la pirámide de Keops es un exponente de las proporciones geométricas que rigen la mecánica celeste. Si expresamos en codos piramidales el arco descrito por el globo terrestre en 24 horas, aparece un número que es múltiplo de 3,1416, o mejor dicho de 2 Pi, expresión que desempeña un papel muy importante en matemáticas. Y levantando un cuadrado sobre la altura vertical del monumento, ese cuadrado sería exactamente igual a la superficie de cada una de las caras triangulares del mismo y contendría todos los elementos geométricos que entran en la mecánica celeste.


Los dioses llegados de las estrellas

¿Cómo lograron los sabios de tan lejanos tiempos conocer todos estos datos? ¿De qué medios disponían para escrutar las profundidades del cielo? Si examinamos la leyenda de Isis y Osiris, descubriremos que esta misteriosa pareja, hermano y hermana, unidos en matrimonio divino, descendió a la tierra egipcia en una especie de nave celestial, con la misión de educar a los primitivos pobladores del valle del Nilo.


En abril de 1955, el eminente egiptólogo inglés Walter Bryon Emery, dio en el Metropolitan Museum de Nueva York, un comunicado que apasionó al mundo científico porque se relacionaba con el gran enigma que aún se cierne sobre los acontecimientos que señalaron la primera civilización conocida en el globo, la del antiguo Egipto. Después de treinta años de estudios y excavaciones en los lugares que vieron aparecer el primer faraón, los investigadores han descubierto pruebas evidentes que permiten suponer que los sacerdotes egipcios conocían los secretos atómicos cinco mil años antes de que los sabios modernos los descubriesen, Bryon creyó posible poder demostrar que no existía ningún indicio de hombres civilizados hace alrededor de seis mil años. Luego, sin transición aparente, el antiguo habitante de las cavernas se dedicó a construir palacios asombrosamente artísticos. Súbitamente se encontró en posesión de una técnica y de útiles perfeccionados que le permitieron trabajar la piedra, la madera, el cuero, el marfil, el oro e inclusive hacer trabajos textiles. ¿De dónde llegó esa extraordinaria ciencia..?.


Después de haber comprobado que nada la precedía ni la explicaba, el eminente sabio confesó: "Todo sucedió como si los salvajes habitantes del Valle del Nilo hubieran recibido, un buen día la visita de algunos instructores sobrenaturales llegados en platillos volantes".-

Eugenio Danyans

Enciclopedia CICLOPE, 1968

Por último y tan sólo como una pincelada más en cuanto a lo que implica respecto del orden establecido la figura de la pirámide, recordar por ejemplo que la jerarquización de las necesidades humanas tiene que ver también con las pirámides (pirámide de Maslow); el ordenamiento jurídico (pirámide Kelsen); la alimentación (pirámide de nutrición humana)…

TEORÍAS SOBRE SU CONSTRUCCIÓN


Heródoto de Halicarnaso. Libro II. Euterpe. Cap. CXXIV-CXXV, dice respecto de esto:

http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/d/d4/Button_hide.png

En cuanto a la pirámide, se gastaron en su construcción veinte años: es una fábrica cuadrada de ocho pletros de largo en cada uno de sus lados, y otros tantos de altura, de piedra labrada y ajustada perfectamente, y construida de piezas tan grandes, que ninguna baja de treinta pies.

La pirámide fue edificándose de modo que en ella quedasen unas gradas o poyos que algunos llaman escalas y otros altares.

Hecha así desde el principio la parte inferior, iban levantándose y subiendo las piedras, ya labradas, con cierta máquina formada de maderos cortos que, alzándolas desde el suelo, las ponía en el primer orden de gradas, desde el cual con otra máquina que en él tenían prevenida las subían al segundo orden, donde las cargaban sobre otra máquina semejante, prosiguiendo así en subirlas, pues parece que cuantos eran los órdenes de gradas, tantas eran en número las máquinas, o quizá no siendo más que una fácilmente transportable, la irían mudando de grada en grada, cada vez que la descargasen de la piedra; que bueno es dar de todo diversas explicaciones. Así es que la fachada empezó a pulirse por arriba, bajando después consecutivamente, de modo que la parte inferior, que estribaba en el mismo suelo, fue la postrera en recibir la última mano.

En la pirámide está notado con letras egipcias cuánto se gastó en rábanos, en cebollas y en ajos para el consumo de peones y oficiales; y me acuerdo muy bien que al leérmelo el intérprete me dijo que la cuenta ascendía a 4.600 talentos de plata. Y si esto es así, ¿a cuánto diremos que subiría el gasto de herramientas para trabajar, y de víveres y vestidos para los obreros, y más teniendo en cuenta, no sólo el tiempo mencionado que gastaron en la fábrica de tales obras, sino también aquel, y a mi entender debió ser muy largo, que emplearían así en cortar la piedra como en abrir la excavación subterránea?

Heródoto, Historia, Libro II, 124

Diez fueron, como digo, los años que se emplearon en la construcción de esa calzada (procesional) y de las cámaras subterráneas de la colina sobre la que se alzan las pirámides, cámaras que, para que le sirvieran de sepultura, Keops se hizo construir –conduciendo hasta allí un canal con agua procedente del Nilo– en una isla.

Damos validez a estas explicaciones y sin embargo las negamos respecto de lo que afirma Platón sobre la Atlántida. En algún momento convendría que la ciencia fuese menos piramidal y se atreviese a indagar otro paradigma.


4 – Conclusiones

Un enigma se comporta en lo interno del buscador de manera semejante al imán que atrae hacia sí al polo contrario. No se puede dejar de ir al encuentro. Delegar exclusivamente en la autoridad de la ciencia el desentrañamiento de un misterio que nos apasione, se torna en algo parecido a pedir a un ordenador que nos explique que sentimos ante la contemplación de un amanecer.

El sentimiento que provoca en mí la gran pirámide es de belleza y perfección al tiempo que de sacudida remecida ante su dualidad. Imaginar el mundo, ahora estremecido por la marea árabe, paraíso en lugar de desierto, de paz en lugar de guerra, de amor en lugar de temor al alcance de la mano, se torna de una fuerza tal, que basta tan sólo extender la mirada para reconocer en la geometría de las soñadas formas el orden natural diverso y divino que nos es propio.

Pretender abarcar con la vista cuanto nos rodea es empeño que nos lleva toda la vida. Apenas comenzamos a vislumbrar siquiera el candil que alumbra en la noche, y de repente llega Osiris y baja el telón. Sin embargo, lo apasionante de estos momentos es que sí nos esta permitido abrir otras ventanas y percibir cuanto hay tras los velos.

La gran pirámide espera resonar en sintonía con quien se atreva a dar con la clave - llave que de acceso a sus misterios. Desde el prisma inverso de su luz se ve la luz fuente de la que procede. En esas estamos.

VIDA Y MUERTE EN EL ANTIGUO EGIPTO, CONSECUENCIAS EN EL MODERNO






















Fotografías de Ángel Cobos, Pirámides de Guiza y libro de los muertos


1 – Introducción

2 – Mitología egipcia

3 – Vida y muerte en el antiguo Egipto

4 – Cambio de paradigma y conclusiones

Egipto se ha situado, a comienzos del 2011, en el lugar de la historia que le corresponde. Establecidas la esfinge y pirámide de Keops, exponentes máximos de la cultura egipcia, cerca del paralelo 30, geográficamente el centro neurálgico de la Tierra, es en Egipto justamente donde se dilucida de nuevo el rumbo de una humanidad que aspira al paradigma cristalino de libertad, transparencia y equidad, alejado del machacante modelo auspiciado por el establecido por los dioses desde los inicios de la civilización humana.

Fijadas por dichos dioses las bases de la dualidad en el mundo antiguo, Sumeria y Egipto fundamentalmente, los seres humanos nos hemos visto confrontados desde entonces y sin remedio a la bipolaridad.

Egipto es representativo y ejemplo como ningún otro lugar de todo esto. Fue también el lugar desde donde se promulgaron las tablas de la ley. Moisés en el Sinaí dio a conocer a los hombres los preceptos establecidos por Yahvé, que serían de obligado cumplimiento, so pena del más horrible de los sufrimientos.

Al bajar de la montaña Moisés contempló enfurecido al pueblo judío adorando al becerro de oro. Arrojó las tablas contra el suelo. No era al becerro de oro, sino a la piedra a quien había que rendir culto. Nos confundimos y asustamos. El brillo alejaba a los judíos de la angustia de la cuarentena, pues cuarenta fueron los años en que vagaron errantes, sin dar con la salida. En esas persistimos. De un lado el miedo a la ley dictada por un dios enojado y de pasiones aún más fieras que las del común de los mortales; de otro la adoración a la materia, simbolizada por el oro, como vínculo de supervivencia humana, paradójica consecuencia del propio miedo a perder la vida, limitada de raíz por el dios del que probablemente no entendimos el mensaje.

¿Qué otro lugar habría podido elegir Yahvé para imponer sus leyes? Egipto se halla en uno de los emplazamientos más singulares de la Tierra. El Nilo es el único de los grandes ríos que fluyen de sur a norte. Fértiles orillas quiebran la sequedad de un desierto apenas salpicado de algún que otro oasis. Vida y muerte simbolizados incluso por los dos hemisferios cerebrales del cerebro humano, derecho razón, izquierda intuición, como modelo fractal materia espíritu.

El faraón, hijo de Horus, se yergue en depositario de los dioses, cuando no en el propio dios. Decide sobre la vida y la muerte para sin embargo pasar toda la vida preparándose en llegar con bien a la otra orilla.

Cabe preguntarse ¿porqué han perdurado tales miedos miles de años después? ¿Qué impide romper el blindaje de tanto hartazgo? Probablemente la incertidumbre de si los dioses realmente sean tales o en realidad sean usurpadores del albedrío humano que vienen cercenando desde milenios las aspiraciones de conciencia y libertad que pugnan por florecer en cada primavera. ¿Es la conciencia o es la razón? ¿Materia o espíritu?

Las pirámides reflejan la estructura pétrea de un poder. Conforman el esquema por el que la humanidad dona su libertad a la voluntad de una cúspide que se arroga en el derecho de decidir todo, incluido el más ínfimo de nuestros pensamientos que aspire a manifestarse en espontaneidad.

La geometría de Egipto, sus pirámides, estructura de gobierno, no son casuales, son consecuencia de una forma de contemplar la vida. La vida impuesta por los dioses.

Vida impuesta que se contradice frente a la muerte decidida. Es voluntad de los dioses que imponen a su antojo quien vive y quien muere, y cuando.

2 –Mitología egipcia

El origen del mito está vinculado al del propio ser humano y es consustancial al desarrollo de las primeras sociedades surgidas del neolítico. Los primeros dioses probablemente surgen en Sumeria del gran dios Ann, padre de Ea o Enki, creador y protector de los hombres, y de Enlil, señor de los cielos. Uno es dios que crea y otro quien pretende destruirnos, juego de la dualidad conceptual grabado a fuego en nuestro ADN.

Prosiguen manifestándose a través de la mitología mesopotámica, en este caso bajo la denominación de Anu, dios del cielo más elevado; Ea, dios de la sabiduría, y Enlil, dios del cielo y las tormentas, acompañados en cohorte por al menos otra cuarentena de dioses subordinados.

Egipto bebe prácticamente a la par, apenas setenta años después, si es correcto el análisis de algunos historiadores, de la mitología sumeria y posiblemente también adopta algún ramalazo de la babilónica. Tiene a RA (ATON), el sol, como dios creador, y a otros dioses como subsidiarios. A Ra se le representa con el disco solar sobre o tras la cabeza de esos otros dioses.

De Egipto beben a su vez la mayor parte de las mitologías conocidas del mundo antiguo: griega, romana, católica, hasta nuestros días.

Ra es padre de tres hijos, Set, Osiris e Isis. Triada que se repetirá en otras mitologías y creencias.

Isis es diosa de la magia y esposa de Osiris. Set, simboliza la noche y lo oscuro, es dios del mal. Set asesina y despedaza a su hermano Osiris, dios del bien que simboliza el día. Isis no obstante recupera el cuerpo desmembrado y consigue ser fecundada y engendrar a Horus, dios del que posteriormente recibirá el poder y serán envestidos los faraones.

http://www.unmuseum.org/mcase.htm, Dioses egipcios

Osiris una vez ha engendrado Horus queda en la ultratumba, de la que permanecerá como guardián hasta la resurrección de los muertos.

Hay al menos otras sesenta mitologías en la historia de la humanidad. Prácticamente todas tienen similitudes y nos hablan de que los dioses estuvieron y probablemente aún permanecen entre nosotros. De no ser así ¡qué estúpidos¡

Los nombres cambian, pero permanecen en lo relevante. La mitología griega designa por ejemplo a Osiris como Hades. El rey del panteón griego tiene a Zeus o Ra como gobernante del Monte Olimpo. Horus es Apolo o el dios del cielo.

En la mitología vasca, más cercana, dado que de la íbera no parecen haber quedado demasiados registros, Erio es el nombre que adopta el dios de la muerte y Ekhi el de la diosa sol.

En la mitología shinto el nombre del dios solar es Hiruko y Amatsu Mikaboshia el de la diosa del mal.

La mitología maya designa a Kìnich Ahaw como al dios del sol y a Hunah Kùh como al dios creador.

3 – Vida y muerte en el antiguo Egipto

La civilización egipcia se mantuvo durante al menos tres milenios como la dominante en la Tierra. Del 3100 AC al 31 AC, de acuerdo con los libros de historia: Narmer fue el primer faraón y Cleopatra VII la última faraona, aunque ya de origen heleno. Esto significa sencillamente que durante algo más de la mitad de los años en que ha tenido lugar el desarrollo civilizador del ser humano, lo establecido en Egipto ha sido la referencia que ha guiado nuestras vidas.

Lo singular y básico de la civilización egipcia es lo manifiesto de su dualidad, expresada en términos de vida y muerte; paraíso, desierto; dioses, hombres; cielo, inframundo.

Los faraones, altos dignatarios, guerreros, sacerdotes, escribas e incluso el pueblo llano vivían toda la vida preparándose para la muerte. El libro de los muertos y no el libro de los vivos, se convierte desde el primer instante en el manual de instrucciones que sigue el hombre.

Peri Em Herh, libro para salir al día o libro de los muertos, contiene la fórmula mágica que ayuda al difunto en su estancia en la Duat (inframundo) y ayuda superar el juicio del propio Osiris para viajar al Aaru (Paraíso)

Esencialmente el libro se divide en cinco partes:

- Oración, himnos al sol y a Osiris

- Regeneración, triunfo y alegría, poder sobre los elementos

- Transfiguración, como hacer uso de la barca solar y juicio ante el tribunal presidido por Osiris

- Glorificación

- Alabanza a Osiris

http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/d/d7/BD_Hunefer.jpg, Fragmento del Libro de los Muertos, de Hunefer

Los actos pasados terrenales del hombre (conciencia y moralidad, representados por el corazón) pesan igual que la Maat (armonía cósmica): el peso de una pluma.

Los egipcios pasaron milenios defendiéndose de los invasores que remontaban el Nilo, aunque también emprendieron algunas campañas de expansión militar que les permitió ampliar sus territorios hasta el Éufrates.

Empero todo la hacían para la mayor gloria de los dioses.

4 – Cambio de paradigma y conclusiones

El cambio de paradigma, como forma de entendernos los seres humanos en lo interno y los unos a los otros, probablemente haya cerrado ciclo y comience el ascenso en espiral a una realidad conceptual distinta a partir de los recientes sucesos de Egipto (25 de enero de 2011).

Sin embargo, de igual modo que no corresponde a Egipto sino a Sumeria ser origen del paradigma vigente, es a Túnez y no a Egipto a quien corresponde el ser detonante de las revueltas que ya se extienden por todo el mundo árabe y pronto alcanzarán sin duda hasta el último rincón de la Tierra. La inmolación de un joven tunecino, desesperado por la flagrante injusticia del nepotismo, ha prendido la mecha de un cambio que marcará un antes y un después en la evolución de la conciencia humana.

En Egipto y en su famosa plaza de Tahrir del Cairo ha balanceado la fuerza descomunal que genera la energía conjunta de paz que propugnan los hombres. Tantos años sojuzgándose unos a otros, imposición de quienes realmente han resultado ser el sostén hereditario de los antiguos dioses, ha acabado por hacer estallar el cambio en las manos a quienes juegan desde el inicio con la voluntad humana.

Vicente Ferrer, ex jesuita, comentaba en una ocasión que en la humanidad había como dos bandos que jugaban al futbol. El equipo A, conformado por unas centenas de seres, que son quienes realmente mandan en la Tierra, y el equipo B, todos los demás, incluidos banqueros, políticos y gente incluso malita. El día en el que el equipo B se une y tome consciencia de su poder, se habrá acabado el equipo A, nos dijo en una ocasión.

Ni el temor a perder la vida, ni el frío o el hambre ha arredrado a los pacíficos del equipo B que ya han comenzado a heredar la tierra.

Mujeres y hombres en estrecha cooperación, árabes y cristianos; radicales y moderados. La dualidad una vez más manifestada a las orillas del Nilo en aspiración a la que tiende la conciencia. El peso de la pluma venciendo la balanza de Osiris.

La historia no se repite, aunque se asemeja; pero bien es cierto que el comportamiento dual si resulta una constante en la programación. ¿De qué manera cambiar algo tan arraigado en lo profundo de cada cual o cambiar conceptos que han llevado a la humanidad, sin solución de retorno, a una encrucijada acelerada de colapsos?

¿Qué sentido tiene la supervivencia sin experimentar la conciencia? Dos preguntas tiene en sí el ser humano desde que nace. Quien es y qué ha venido a hacer aquí. Es un ser de la luz primigenia que ha venido a experimentar la materia. Sabido ya esto sólo nos resta vivir la conciencia espiritualizando la materia. En esas estamos.

Presentación del observatorio, objetivos

En este enlace puedes ver una presentación en PPT sobre diversas profecías.

http://www.slideshare.net/franciscolimon/observatorio-20122-2162084