HISTORIA
DE MADRID Y SU COMUNIDAD
MADRID, CIUDAD DE MILAGROS
INDICE
1. Madrid, ciudad matriz y ciudad madre
2. El Madrid de los milagros supersticiones y prodigios
3. San Isidro Labrador y Santa María de la Cabeza
4. Belleza y conclusiones
1.
Madrid ciudad matriz y ciudad madre
Al poco de mi llegada a Madrid
desde la ciudad en la que apenas he vivido de manera continuada los diez
primeros años de mi vida: Villanueva de los Infantes y recién cumplidos los
diecinueve, escribí un poema dedicado a la preciosa ciudad que desde el primer
momento me acogía con los brazos abiertos.
¡Que bonito es Madrid
Cuando se mira su cielo
Y se ven sus balcones y casas
Y tantas cosas bonitas ¡
La magia de Madrid, el abrazo
cálido tras el “forzoso destierro” que empujaba a mis padres del campo a la
ciudad, nos hizo sentir desde el primer momento lo profundo de la madre
acogedora que sin preguntar ama sin condición.
Madrid viene entre otros de
matriz y es matriz o útero que acoge y protege a cientos de leguas de distancia
de donde se encuentre el hijo. Probablemente tampoco sea casual que el punto más
emblemático de la ciudad esté dedicado a la diosa madre, Cibeles, Gea, Rea o
Tierra
Hay una leyenda que he oído y aún
no he podido verificar que dice que en el lugar donde se asienta la fuente de
la Cibeles pudo haber un templo visigodo o gruta dedicada a la diosa madre. En
todo caso sería una estupenda coincidencia, dado que inicialmente la fuente se
había proyectado para los jardines de la Granja de San Ildefonso en Segovia.
Curiosamente muy cerca de la
fuente se encuentra también uno de los lugares más conocidos del mundo de la
fenomenología madrileña, el Palacio de Linares.
Este Palacio según las leyendas
alberga la esencia, emanación o energía de los primeros marqueses de Linares,
José y Raimunda, y de una supuesta hija. José y Raimunda se casaron sin saber
que eran hermanos. Cuando lo descubrieron al cabo de los años solicitaron
dispensa papal para convivir, que les fue concedida en la condición de que
vivieran de manera casta bajo el mismo techo, pero sin matrimonio. Ya era
tarde. Temerosos asesinaron y emparedaron a la niña, que desde entonces
deambula por los salones y provoca en las personas sensibles que deambulan por sus
salas escalofríos y estremecimientos.
2.
El Madrid de los milagros supersticiones y prodigios
Cuando en la ciudad no había
luces artificiales la imaginación encendía sueños. Los sucesos y hechos más
comunes narrados como ciertos en la práctica totalidad de los pueblos de España,
llegaron también como inmigrantes a Madrid.
Con las cosas ciertas lo
hicieron a su vez los embaucadores, que hacían “milagros” y hechizos para devolver
la salud perdida, fortuna o la persona amada. Algo por cierto vigente hoy día y
quizás con mayor descaro.
No obstante hay historias bien
curiosas, como el de la mujer que dio a luz a un gato, el cura que dio muerte a
don Pedro el Cruel o el de la Virgen que quitó las espadas a dos contendientes
en un duelo.
Otras hablan de cómo la
intercesión divina se hizo presente en las desgracias de accidentados o de cómo
en pendencias, agresiones y amoríos el milagro se hizo presente.
Las hay de tullidos, heridos y
malformados que recibieron la gracia divina o de la Virgen de Atocha, copatrona
de Madrid y obradora de numerosos prodigios.
De aguas milagrosas, benditas y
saludables; del primer Marcelino “pan y vino”; de la conversión de un judío; de
Sor Patrocinio, la monja de las llagas; de la viuda que sanó o del librado de
ser ahorcado…
3- San Isidro Labrador, Santa María de la Cabeza, Jesús
de Medinaceli, el Niño del Remedio y la Virgen de la Almudena
Sin embargo es San Isidro el más
emblemático y prodigioso de todos los santos que ha tenido Madrid.
A este respecto Angel del Río
menciona en su libro “El Madrid Fantástico” varios hechos relacionados con San
Isidro.
Fue salvador de muertes ciertas
junto al brocal de los numerosos pozos que suministraban agua a las casas de
Madrid, entre otros la de su propio hijo. Las aguas subían ante la llegada del
santo y devolvían con bien a los que habían caído en ellas. Pero fue la llamada
silenciosa de Santa María de la Cabeza al marido ausente la que produjo el
milagro de la crecida en el pozo de los Vargas.
Habla también de cuando los
ángeles ayudaban a Isidro labrar la tierra, mientras él rezaba no muy lejos de
los surcos.
De cuando multiplicó las
viandas y otros menesteres o resucitó a la hija de Iván…
El museo casa de San Isidro de
Madrid, donde se conserva el testimonio de todo esto, se ha pasado a denominar
de un tiempo a esta parte Museo de los Orígenes y tiene que ver ya no sólo con
el santo sino con los orígenes de la propia ciudad de Madrid.
En Torrelaguna
fue donde Isidro conoció a su esposa. La leyenda dice que cada noche María
soñaba con la Virgen, quien le ayudaba a cruzar el entonces crecido río Jarama
de Torrelaguna a Caraquiz, que es el lugar donde residía María.
María Toribia, Santa María de
la Cabeza, nació en la aldea de Caraquiz, hoy urbanización Caraquiz, por cierto
lugar donde tengo una preciosa casa.
María vino al mundo en fecha no
conocida pero situada entre 1095 y 1110. Siendo joven se fue a vivir a casa de
unos parientes a Torrelaguna, que es donde residía Isidro huido de los
almorávides que sitiaban Madrid. Se casaron en la iglesia de la Magdalena de
Torrelaguna y tuvieron un único hijo, al que la iglesia también llegaría a
canonizar, San Illán, el rescatado de las aguas por su padre. Probablemente sea
junto a María, José y Jesús la única familia santos todos sus miembros.
Otra fuente de devoción y
adoración apasionada en Madrid es la imagen de Jesús Nazareno o de Medinaceli,
que también cuenta con una historia de dignidad y entrega de los madrileños.
Esta imagen fue llevada por los frailes capuchinos para proteger a los soldados
que combatían a los turcos; pero cayó en manos del sultán Musley Ismail, quien
decidió enviarla a la ciudad de Mequinéz y mofarse de ella, arrastrándola por
el suelo. Un padre trinitario al ver esto decidió comprarla pagando en oro
tanto como fuera su peso. Milagrosamente el peso de la imagen se hizo liviano,
con gran enfado del sultán. Testimonio del milagro los padres trinitarios
llevan en su escapulario la señal que se concedió como salvoconducto para su
salida, una cruz roja y azul que también se encuentra en la imagen.
La guerra civil hizo que fuese
de un lado para otro; pero hoy es el día que los madrileños acuden los primeros
viernes de cada mes a pedirle tres deseos, de los cuales al menos siempre se concede
uno.
La otra imagen adorable y
adorada es la de la Virgen de la Almudena. La leyenda dice que en el año de
712, antes de que los árabes tomasen Madrid, los madrileños escondieron la
imagen en los muros de la muralla que por entonces circundaba la ciudad. Con la
reconquista del rey Alfonso VI se produjo el milagro de dar con ella en un
fragmento de la muralla, donde aún permanecía junto a dos velas encendidas, a
pesar de los siglos transcurridos.
Otras leyendas curiosas de la
provincia de Madrid tienen que ver con su preciosa sierra. La Mujer Muerta,
topónimo que se da al conjunto de la Pinajera, Peña del Oso y Pico de Pasapán, conformando
una cuerda muy del agrado de los senderistas y que adopta la apariencia de una
mujer muerta o dormida cubierta por un velo y con los brazos entrecruzados.
La leyenda habla de los amores
de la bella hija de un granjero y un pastor de las cercanías. El pastor ciego
de celos por otro al que consideraba rival la mató en un ataque de ira. A los
pocos días y como por ensalmo apareció en el lugar de la muerte la gran mole
rocosa que denomina al conjunto.
La misma montaña es objeto al
menos de dos leyendas más, la de una madre que se interpuso entre dos hermanos
que luchaban por la jefatura y la de dos caballeros que se disputaban el amor
de una misma dama, quien se interpuso entre ambos y fue atravesada por las
espadas de ambos contendientes.
En Rascafría también se habla
del tuerto Pirón, un bandolero que se movía por los alrededores del pueblo. Su
escondite era un viejo olmo situado en la Plaza Mayor. Robaba a los ricos,
asaltaba iglesias y luego repartía entre los más necesitados, un Robin Hood a
la española.
Otras leyendas como la del
Carro del Diablo o la de la Peña de la Mora son parecidas a las existentes en
otros lugares de España y hablan sin duda de la melancolía que supuso la
partida de los moros.
3.
Belleza y conclusiones
La historia mágica de Madrid
está repleta de leyendas que embellecen la ciudad y la envuelven en el aire
mágico de los ensueños. Fuesen ciertas o inventadas sus efectos aún perviven y
dan un toque de misterio y arte a la necesidad de estar vivos y creer en los
milagros.
REFERENCIAS
2- El Madrid fantástico,
EDICIONES LA LIBRERÍA, 2ª Edición, 2010, Ángel del Río
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Por favor, ten la amabilidad de dejar tu comentario o de enviarnos un correo electrónico si quieres que contactemos contigo.
Gracias
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.