martes, 14 de mayo de 2013

EL ESCORIAL, PUERTA DE LOS CIELOS Y TAPA DE LOS INFIERNOS



EL ESCORIAL, PUERTA DE LOS CIELOS Y TAPA DE LOS INFIERNOS

1 – La obra
El monasterio de El Escorial es una obra humana única y singular, siendo al tiempo puente de comunicación o escala hacia el cielo para comunicar con Dios y tapa que cubre la escuridad (oscuridad) que sale de sus infiernos.

Es geometría que expresa la perfección de las cosas, unida a la matemática, armonía, simetría y redondez de los ciclos naturales, plasmados en bellísima piedra. Sobrecoge tanto por su sencillez como por su grandeza. Está diseñado para la contemplación panorámica a la vez que para la cercanía íntima y de recogimiento en sus detalles sobrios.

Su interior es puro arte. No en vano los mejores artistas de la época fueron reclamados para hacer de El Escorial la mejor obra de su tiempo.

Nace del impulso de un rey místico, Felipe II, que manifiesta en sí lo profundo de la dualidad humana, pues lo hace para conmemorar ante Dios una victoria cimentada sobre el dolor de otros hombres, si bien es posible que a un tiempo también como penitencia por el desastre de la Armada Invencible.

El conjunto está formado por Basílica, Monasterio y Palacio, triada de perfección: templo, recogimiento y paraíso.
Está asentado en la ladera meridional de uno de los montes más bellos y misteriosos de la Comunidad de Madrid, Abantos, sobre el que circulan multitud de leyendas, del que se dice entre otros que es morada y puerta a mundos paralelos a este y lugar en el que se esconde un tesoro fabuloso.

Tiene forma de parrilla en honor de San Lorenzo, dado que fue en el día 10 de agosto de 1557, festividad de San Lorenzo, cuando las tropas francesas se rindieron a las españolas en la batalla de San Quintín. 

No se puede concebir sin embargo sin los arquitectos que le dieron forma, en especial Juan Bautista de Toledo y Juan de Herrera, ambos mitad genios mitad monjes.

El rey fue consciente de que una obra dedicada a los cielos no podía tener por fundamento declarado la victoria en una guerra, por lo que manifestó que aquella obra se hacía como:
  • Reconocimiento de los «muchos y grandes beneficios que de Dios nuestro Señor habemos rescibido» y «cuánto Él ha servido de encaminar y guiar los nuestros hechos, e los nuestros negocios a su santo servicio».
  • Por «sostener y mantener estos nuestros Reinos es su sancta Fee y Religión, y en paz y en justicia».
  • Porque a Dios le agrada que le edifiquen y funden iglesias «donde su sancto nombre se bendice y alaba» y donde los religiosos den ejemplo de fe.
  • Para que «se ruega e interceda Dios Nuestro Señor por Nos e por los reyes nuestros antecesores e subcesores, e por el bien de nuestras ánimas», según la orden dada por el Emperador «en el cobdecilo que últimamente hizo nos cometió y remitió lo que tocaba a su sepultura y al lugar y parte donde su cuerpo y el de la Emperatriz y Reina, mi señora y madre, había de ser puestos y colocados».
  • Y para que «por sus ánimas se hagan y digan continuas oraciones, sacrificios, conmemoraciones e memorias.

En su momento fue considerada la octava maravilla del mundo, como lo fueron en los tiempos antiguos la gran pirámide de Keops o los jardines de Babilonia.

El lienzo de la explanada en la que se asienta y la disposición de la parrilla tienen toda una interpretación. Para llegar al templo de Dios hay que hacerlo pasando físicamente bajo el conocimiento de su Biblioteca, dotada del saber más avanzado de la época.

El rey se hizo con todo cuanto pudo de la sabiduría científica, hermética y artística de su tiempo, enviando emisarios a los cuatro puntos cardinales, tratando de recopilar el saber de la Biblioteca de Alejandría.

En el esquema de su dibujo se puede observar que no sólo el conocimiento lleva a Dios, sino el recogimiento por la meditación. El templo es el corazón; la cabeza el niño; el lado derecho hemisferio de la intuición; el izquierdo el del poder y la razón; sustentados sobre la enseñanza y el conocimiento.


2 – Arquitectos
El primero de sus arquitectos fue Juan Bautista de Toledo, que falleció tempranamente sin ver terminada la magna obra. Filósofo, matemático, místico y de vida sencilla era hombre de grandísima cultura al tiempo que de retiro y meditación. Inició las obras de esta maravilla del arte universal en 1562.

Fray José de Sigüenza describe a Juan Bautista de Toledo como: “Varón de gran juicio y escultor, que entendía bien el diseño, sabía lengua latina y griega, y tenía mucha noticia de filosofía y matemáticas, y al fin se hallaban en él muchas partes que Vitrubio, príncipe de los arquitectos, quiere que tengan los que han de ejercitar la arquitectura y llamarse maestros en ella.

Posiblemente Juan Bautista fuese de origen judío, pero si la obras hablan de quien les da forma es claro que había construido antes en su templo interno el vehículo de luz, proyectado como lienzo artístico que diese luz al marco etérico, aura previa a la obra física.

Le siguió Juan de Herrera y aunque este modificó los planos y dió al interior otra ornamentación diferente, fue consciente de que habría de ser continuación natural que diese al tiempo acceso a la puerta de las distintas dimensiones entre las que se encuentran el cielo y la tierra.

Según las leyendas cuando se comenzó a levantar el monasterio un extraño perro negro de aspecto fiero merodeaba por los alrededores, aterrorizando por las noches a quienes allí trabajan. Las obras no progresaban con toda la celeridad que el Rey pretendía, por el miedo a que la criatura fuese el cancerbero del infierno. El perro fue finalmente apresado y ahorcado en una de las torres, donde permaneció por mucho tiempo.

Aun así al morir Felipe II y en su lecho de muerte siguió oyendo los aullidos, que de seguro protegían una de las varias entradas que existen al inframundo.

3 – Felipe II
De todos los imperios humanos el único con dominio sobre todos los continentes de la tierra fue el de Felipe II. Su padre  Carlos I se puede considerar como el primer rey de España, él fue el segundo. Gobernó desde el despacho en lugar de hacerlo como su padre sobre un caballo, quizás en parte por ser el monarca más preparado y culto de su tiempo y entender que así era más efectivo.

Cuando uno se abstrae y se sitúa sobre cualquiera de las sillas del rey desde las que este observaba la progresión de las obras es fácil entrever que algo más que lo evidente de la mirada se contempla en aquél lugar. De Abantos al Pico del Fraile las vistas son estremecedoras por la hermosura radiante del oro interior y del ladrillo que refulge en los días de sol en una de las torres.

La alquimia transmutada de piedra en luz; la dualidad geométrica de todo lo que se expresa en pares¸ de los cuadros a las puertas. El triángulo como trinidad que conecta a padre, madre e hijo; cuerpo, alma y espíritu; cielo, tierra y hombre…El circulo como perfección y redondez de los ciclos; el cuatro de las torres como símbolo de lo humano. Magnifica esta fotografía aérea que refleja lo comentado.


Obviando los aspectos históricos de la figura del Rey que fue llamado el Prudente y del que hay tanto una leyenda blanca como otra oscura, Felipe II tuvo muy claro que a través del conocimiento y del recogimiento se llega a Dios.

A pesar de la inquisición se interesó por el hermetismo, la astrología y las ciencias de letras y humanidades, quizás para alcanzar a dar con las llaves de las alturas que se abren en vida a través del arte.

4 – Conclusiones
El Escorial es una de las obras humanas en las que el tiempo se hace arte en un permanente ahora que nos vincula con todos los tiempos que han sido y serán.

Es difícil imaginar una obra humana tan reciente que rivalice con las de los dioses de las pirámides de Keops. No obstante, este es lugar en el que la geometría y la aritmética se pueden considerar realmente sagradas e inmutables pues es maravilla en la que la creatividad rivaliza en hacer de las matemáticas lenguaje que habla sin palabras para el mismo cielo.

REFERENCIAS



Aquí estoy en los peldaños de la silla de Felipe II



3 – Visita al Monasterio, a Abantos y a las dos sillas del Rey frente al Pico del Fraile.
Me doy cuenta de que tengo seguidores y la verdad es que soy perezoso para escribir. En agradecimiento incorporo dos entradas que también podréis encontrar en mi blog personal, limonche.blogia.com



HISTORIA DE MADRID Y SU COMUNIDAD



MADRID, CIUDAD DE MILAGROS

INDICE
1.      Madrid, ciudad matriz y ciudad madre
2.      El Madrid de los milagros supersticiones y prodigios
3.      San Isidro Labrador y Santa María de la Cabeza
4.      Belleza y conclusiones

1.      Madrid ciudad matriz y ciudad madre

Al poco de mi llegada a Madrid desde la ciudad en la que apenas he vivido de manera continuada los diez primeros años de mi vida: Villanueva de los Infantes y recién cumplidos los diecinueve, escribí un poema dedicado a la preciosa ciudad que desde el primer momento me acogía con los brazos abiertos.

¡Que bonito es Madrid
Cuando se mira su cielo
Y se ven sus balcones y casas
Y tantas cosas bonitas ¡

La magia de Madrid, el abrazo cálido tras el “forzoso destierro” que empujaba a mis padres del campo a la ciudad, nos hizo sentir desde el primer momento lo profundo de la madre acogedora que sin preguntar ama sin condición.

Madrid viene entre otros de matriz y es matriz o útero que acoge y protege a cientos de leguas de distancia de donde se encuentre el hijo. Probablemente tampoco sea casual que el punto más emblemático de la ciudad esté dedicado a la diosa madre, Cibeles, Gea, Rea o Tierra

  


Hay una leyenda que he oído y aún no he podido verificar que dice que en el lugar donde se asienta la fuente de la Cibeles pudo haber un templo visigodo o gruta dedicada a la diosa madre. En todo caso sería una estupenda coincidencia, dado que inicialmente la fuente se había proyectado para los jardines de la Granja de San Ildefonso en Segovia.

Curiosamente muy cerca de la fuente se encuentra también uno de los lugares más conocidos del mundo de la fenomenología madrileña, el Palacio de Linares.

Este Palacio según las leyendas alberga la esencia, emanación o energía de los primeros marqueses de Linares, José y Raimunda, y de una supuesta hija. José y Raimunda se casaron sin saber que eran hermanos. Cuando lo descubrieron al cabo de los años solicitaron dispensa papal para convivir, que les fue concedida en la condición de que vivieran de manera casta bajo el mismo techo, pero sin matrimonio. Ya era tarde. Temerosos asesinaron y emparedaron a la niña, que desde entonces deambula por los salones y provoca en las personas sensibles que deambulan por sus salas escalofríos y estremecimientos.

2.      El Madrid de los milagros supersticiones y  prodigios

Cuando en la ciudad no había luces artificiales la imaginación encendía sueños. Los sucesos y hechos más comunes narrados como ciertos en la práctica totalidad de los pueblos de España, llegaron también como inmigrantes a Madrid.

Con las cosas ciertas lo hicieron a su vez los embaucadores, que hacían “milagros” y hechizos para devolver la salud perdida, fortuna o la persona amada. Algo por cierto vigente hoy día y quizás con mayor descaro.

No obstante hay historias bien curiosas, como el de la mujer que dio a luz a un gato, el cura que dio muerte a don Pedro el Cruel o el de la Virgen que quitó las espadas a dos contendientes en un duelo.

Otras hablan de cómo la intercesión divina se hizo presente en las desgracias de accidentados o de cómo en pendencias, agresiones y amoríos el milagro se hizo presente.

Las hay de tullidos, heridos y malformados que recibieron la gracia divina o de la Virgen de Atocha, copatrona de Madrid y obradora de numerosos prodigios.

De aguas milagrosas, benditas y saludables; del primer Marcelino “pan y vino”; de la conversión de un judío; de Sor Patrocinio, la monja de las llagas; de la viuda que sanó o del librado de ser ahorcado…

3- San Isidro Labrador, Santa María de la Cabeza, Jesús de Medinaceli, el Niño del Remedio y la Virgen de la Almudena

Sin embargo es San Isidro el más emblemático y prodigioso de todos los santos que ha tenido Madrid.

A este respecto Angel del Río menciona en su libro “El Madrid Fantástico” varios hechos relacionados con San Isidro.

Fue salvador de muertes ciertas junto al brocal de los numerosos pozos que suministraban agua a las casas de Madrid, entre otros la de su propio hijo. Las aguas subían ante la llegada del santo y devolvían con bien a los que habían caído en ellas. Pero fue la llamada silenciosa de Santa María de la Cabeza al marido ausente la que produjo el milagro de la crecida en el pozo de los Vargas.

Habla también de cuando los ángeles ayudaban a Isidro labrar la tierra, mientras él rezaba no muy lejos de los surcos.

De cuando multiplicó las viandas y otros menesteres o resucitó a la hija de Iván…

El museo casa de San Isidro de Madrid, donde se conserva el testimonio de todo esto, se ha pasado a denominar de un tiempo a esta parte Museo de los Orígenes y tiene que ver ya no sólo con el santo sino con los orígenes de la propia ciudad de Madrid.





En Torrelaguna fue donde Isidro conoció a su esposa. La leyenda dice que cada noche María soñaba con la Virgen, quien le ayudaba a cruzar el entonces crecido río Jarama de Torrelaguna a Caraquiz, que es el lugar donde residía María.




María Toribia, Santa María de la Cabeza, nació en la aldea de Caraquiz, hoy urbanización Caraquiz, por cierto lugar donde tengo una preciosa casa.

María vino al mundo en fecha no conocida pero situada entre 1095 y 1110. Siendo joven se fue a vivir a casa de unos parientes a Torrelaguna, que es donde residía Isidro huido de los almorávides que sitiaban Madrid. Se casaron en la iglesia de la Magdalena de Torrelaguna y tuvieron un único hijo, al que la iglesia también llegaría a canonizar, San Illán, el rescatado de las aguas por su padre. Probablemente sea junto a María, José y Jesús la única familia santos todos sus miembros.

Otra fuente de devoción y adoración apasionada en Madrid es la imagen de Jesús Nazareno o de Medinaceli, que también cuenta con una historia de dignidad y entrega de los madrileños. Esta imagen fue llevada por los frailes capuchinos para proteger a los soldados que combatían a los turcos; pero cayó en manos del sultán Musley Ismail, quien decidió enviarla a la ciudad de Mequinéz y mofarse de ella, arrastrándola por el suelo. Un padre trinitario al ver esto decidió comprarla pagando en oro tanto como fuera su peso. Milagrosamente el peso de la imagen se hizo liviano, con gran enfado del sultán. Testimonio del milagro los padres trinitarios llevan en su escapulario la señal que se concedió como salvoconducto para su salida, una cruz roja y azul que también se encuentra en la imagen.

La guerra civil hizo que fuese de un lado para otro; pero hoy es el día que los madrileños acuden los primeros viernes de cada mes a pedirle tres deseos, de los cuales al menos siempre se concede uno.





El de la gorra azul de primer plano soy yo




La otra imagen adorable y adorada es la de la Virgen de la Almudena. La leyenda dice que en el año de 712, antes de que los árabes tomasen Madrid, los madrileños escondieron la imagen en los muros de la muralla que por entonces circundaba la ciudad. Con la reconquista del rey Alfonso VI se produjo el milagro de dar con ella en un fragmento de la muralla, donde aún permanecía junto a dos velas encendidas, a pesar de los siglos transcurridos.




Otras leyendas curiosas de la provincia de Madrid tienen que ver con su preciosa sierra. La Mujer Muerta, topónimo que se da al conjunto de la Pinajera, Peña del Oso y Pico de Pasapán, conformando una cuerda muy del agrado de los senderistas y que adopta la apariencia de una mujer muerta o dormida cubierta por un velo y con los brazos entrecruzados.

La leyenda habla de los amores de la bella hija de un granjero y un pastor de las cercanías. El pastor ciego de celos por otro al que consideraba rival la mató en un ataque de ira. A los pocos días y como por ensalmo apareció en el lugar de la muerte la gran mole rocosa que denomina al conjunto.

La misma montaña es objeto al menos de dos leyendas más, la de una madre que se interpuso entre dos hermanos que luchaban por la jefatura y la de dos caballeros que se disputaban el amor de una misma dama, quien se interpuso entre ambos y fue atravesada por las espadas de ambos contendientes.

En Rascafría también se habla del tuerto Pirón, un bandolero que se movía por los alrededores del pueblo. Su escondite era un viejo olmo situado en la Plaza Mayor. Robaba a los ricos, asaltaba iglesias y luego repartía entre los más necesitados, un Robin Hood a la española.



Otras leyendas como la del Carro del Diablo o la de la Peña de la Mora son parecidas a las existentes en otros lugares de España y hablan sin duda de la melancolía que supuso la partida de los moros.



3.      Belleza y conclusiones

La historia mágica de Madrid está repleta de leyendas que embellecen la ciudad y la envuelven en el aire mágico de los ensueños. Fuesen ciertas o inventadas sus efectos aún perviven y dan un toque de misterio y arte a la necesidad de estar vivos y creer en los milagros.



REFERENCIAS

2- El Madrid fantástico, EDICIONES LA LIBRERÍA, 2ª Edición, 2010, Ángel del Río



Presentación del observatorio, objetivos

En este enlace puedes ver una presentación en PPT sobre diversas profecías.

http://www.slideshare.net/franciscolimon/observatorio-20122-2162084